Existen varios fondos medioambientales generales a nivel estatal que, en teoría o en la práctica, pueden ser utilizados por los Estados para hacer frente a las responsabilidades medioambientales en caso de incumplimiento por parte de un operador. Pueden financiarse con impuestos generales o gravámenes dirigidos a prácticas contaminantes y también pueden tener otros fines, como la financiación de iniciativas medioambientales en general.
Se consideran distintos de las disposiciones financieras en forma de ‘fondo mutuo o pool’, que son instrumentos mucho más específicos tanto en términos de su financiación (por parte de los operadores que tienen las obligaciones y responsabilidades específicas) como de sus usos (generalmente sólo como recurso para hacer frente a los incumplimientos de dichos operadores)
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Estos tipos de fondos generales para el medio ambiente no se examinan más a fondo aquí.
En el ámbito de la UE, el Fondo de Solidaridad de la UE se creó en 2002 tras las graves inundaciones que sufrieron Austria, la República Checa, Francia y Alemania. El objetivo del fondo es permitir a la UE ‘responder [a una catástrofe natural grave] de manera rápida, eficaz y flexible’. Con la única excepción de los daños del Prestige, sin embargo, el fondo no ha proporcionado, ni proporciona, financiación para una catástrofe de origen humano. Además, el Fondo de Solidaridad de la UE no proporciona financiación si los daños son asegurables.
La Comisión de la UE publicó en 2013 un informe sobre un Estudio para explorar la viabilidad de la creación de un fondo para cubrir la responsabilidad medioambiental y las pérdidas derivadas de accidentes industriales.